Hay muchas técnicas de márketing que podemos utilizar a la hora de llegar a nuestros posibles clientes, pero si hay una que quizá nos pueda dar mejor resultado es la que apela a los sentimientos.
Las personas somos sentimentales y muchas veces nos movemos por lo que nos dicta nuestro corazón y no nuestra cabeza, por eso en muchas ocasiones metemos la pata.
Si queremos llegar a nuestros clientes también debemos apelar a su corazón, ya no es pensar en qué es lo que podemos ofrecerle o cuál es nuestro producto, hay que ir más allá y pensar en qué podemos ayudar a la persona, siempre la persona o los clientes por delante, incluso de nuestro producto.
Tal vez nuestro producto sea bueno, pero si la persona no siente que le va a ayudar en lo que le hace falta no le va a prestar atención. Por eso hay que pensar qué es lo que la gente necesita y desarrollar nuestro producto pensando en la gente, no en lo que a nosotros nos gustaría que fuera.
Algo que también nos ayudará es hacer sentir bien al cliente, cuando se acercan a nosotros deben sentir que nos importa lo que ellos piensen y que son lo primero para nosotros, no porque sean clientes, sino porque son personas, y esto hace sentir bien a la gente y tendrás un cliente de por vida.